Hoy quiero hablarte de cinco puntos claves que deberías aterrizar antes de lanzarte a crear tu negocio digital. Y si ya tienes un negocio, no pasa nada, toma esta oportunidad para volver a revisar estos puntos claves y tomar acción.
Es verdad que muchos negocios en este último tiempo nacen de forma casi automática, en respuesta a un crecimiento natural. Esto tiene algo muy positivo y generalmente significa que ya has validado el producto o servicio que ofreces, y te ves en la necesidad de crecer para abarcar más y ayudar a más personas; la otra cara de la moneda es darte cuenta de que eres como un ingeniero aeronáutico al que le toca armar el avión mientras ya está volando. Esto puede pasarte si eres un freelancer, un trabajador independiente, o una marca personal en esta situación de crecimiento y quieres consolidarte, o si eres el CEO de una pyme que busca reestructurar sus operaciones y esta situación es a veces abrumadora.
Nunca está mal volver a lo básico, volver a tocar tierra y evaluar lo que queremos hacer con nuestro negocio.
El primer punto clave es que debes aterrizar tu propuesta de servicio y/o productos. En principio no tiene que ser un plan de negocios de 100 páginas. Inicia aterrizando lo básico: yo ofrezco esto, esto es lo que estimo que me cuesta, lo quisiera presentar así y lo quiero vender así. Si ya tienes productos y servicios en marcha, toma una libreta de apuntes y lístalos todos. Este ejercicio te ayuda a aterrizar y dimensionar lo que ofreces, y no se trata de volumen, sino de que tengas muy claro lo básico. Se sorprenderían la cantidad de veces que queremos salir a vender sin tener claro el que, el cómo, a quién y por qué.
Es importante que tengas un marco de referencia, conozcas tu mercado y tus potenciales competidores, qué están haciendo y cómo lo están haciendo. No vale decir “no hay nadie haciendo eso, soy el único” porque somos siete mil millones de personas en el mundo. Las probabilidades de que ya exista son altísimas, y esto lo vas a comprobar cuando intentes buscar ese nombre de dominio que tanto te sedujo y te enteres que ya está tomado.
Vamos a investigar un poco y armar nuestro marco de referencia. Esto va a ser clave porque necesitas diferenciarte, no sirve que “prestemos un servicio integral” o que “ofrezcamos la mejor calidad del mercado”. Porque eso no nos dice nada. Y aquí es donde viene el siguiente punto.
Necesito ser muy enfática en esto, tu branding no es tu logo. Tu branding es todo tu territorio de marca, tu comunicación visual donde está tu logo, pero también tus elementos gráficos, paleta de colores, fuente tipográfica, etc. Tu voz de marca también es parte de tu branding. Muchas veces encontramos prospectos que buscan diseñar un logo y salir de paso, pero la comunicación de marca no existe y no es importante. Mira que no es lo mismo decir “Somos la banca que te devuelve la plata” a “Somos su banca aliada en todo momento”. Como habla tu marca es importante en tu proceso de diferenciación, y más adelante el equipo que diseñe tu página web también te lo va a agradecer si lo tienes en cuenta.
En este punto de branding es importante que busques asesoría legal en lo que respecta al registro de nombre y de marca en el organismo competente de tu país. Va a ser muy amargo para ti enamorarte de un nombre que no está disponible para su uso, o cuyo registro es imposible. O peor aún, levantar toda una estructura de marca sin respaldo. No lo hagas.
Ten las cosas claras con quienes te acompañan en tu emprendimiento. Si vas a formar una sociedad de iguales, si vas a tener un socio inversionista o si eres tú solo, debes tener todo el panorama claro. Hay expertos muy duros en negocios que por ejemplo no recomiendan tener un socio inversionista, de esos que ponen el dinero, desaparecen y llegan a exigir y cobrarte los dividendos a fin de mes.
Yo que te diría, depende. Depende de ti y de lo que tú quieras. Busca un socio que comparta tu visión, qué tal él o ella se están soñando crear una multinacional y tú lo que quieres es una boutique. No hay forma. Eso no va para ningún lado. Nuevamente, asesórate legalmente para que puedas tener todo el papeleo claro y al día con quienes tomen este barco contigo.
Al comienzo queremos venderle a quien nos compre, y ese quién son todos y no es nadie. Muchas veces tomamos la decisión de aceptar trabajos para facturar porque estamos comenzando y necesitamos vender. Ofrecemos soluciones que no estuvieron pensadas para quien las pide, o adaptamos el servicio a quien las solicita, quitamos funcionalidades que ese cliente que no es tu cliente no valora, desmejoramos la calidad para darle al precio que puede pagar, alteramos los márgenes y otras decisiones que a largo plazo van a perjudicarte. En la medida de lo posible no aceptes clientes que no son realmente tus clientes, esto te hará más feliz vendiendo a quien realmente valora lo que ofreces.
Llévate este mensaje clave: necesitas saber cuánto está cobrando tu competencia por ese producto y servicio, pero el precio tiene que tener sentido para ti, para cubrir tus costos, lo que vale tu equipo de trabajo, la mano de obra, las instalaciones, el envío, todos los elementos que necesitas para ofrecer algo de calidad y con valor. Revisa tus costos con lupa y estima unos márgenes que tengan sentido para tus operaciones.
Si quieres te invito a consultar mi plantilla gratuita calculadora de márgenes donde puedes estimar rápidamente tus costos y evaluar tus márgenes.
Es momento de ponernos en acción, no tengas miedo de probar y reevaluar. Estás armando un avión en pleno vuelo, ten a mano el paracaídas, pero confía que vas a llegar a destino.